viernes, 31 de mayo de 2013

Deportes


Beisbolistas en el país tienen el apoyo de FESA  

Por: Isabel Ramos  

La fundación Educando a un Salvadoreño (FESA) es una de las pocas instituciones en el país que vela por la práctica y el éxito de los beisbolistas


 Entrenamiento de alto rendimiento. Practican todas las tardes alrededor de 5 horas, en el  Estadio Saturnino Bengoa, mejor conocido como parque de pelotas


El béisbol tiene más de 150 años de ser creado y aunque es el número uno en otros países, en El Salvador no tiene tanto impacto o apertura. La Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA) es una institución privada sin fines de lucro, orientada a desarrollar integralmente a los jóvenes a través de la formación humana, académica y deportiva. De esta manera brinda medias y becas completas a los niños y jóvenes que deseen practicar este deporte.

FESA no solo los motiva a ser jugadores integrales, sino que  les da las herramientas para poder lograrlo. Brinda apoyo económico, educativo, de salud. Muy importante también para sus entrenadores y coordinadores es el aspecto alimenticio, ya que el 72% de estudiantes de primer año ingresan al programa con una mala nutrición. Además, tienen a la disposición psicólogos, odontólogos y todo lo necesario para que se encuentren saludables y puedan desarrollarse en el campo y en los estudios.
 
La educación tiene que ir de la mano con el deporte, reafirma personal de la institución. Las pláticas e iniciativas para crear el internado donde se les brindaría educación de calidad, se dan en 1994, pero es hasta un año más tarde que se crea el Centro Escolar Educando a un Salvadoreño para ayudar a jóvenes y niños de escasos recursos. “No teníamos el internado, pero fuimos los primeros en romper el hielo. Ahora gracias a Dios es una organización muy fuerte, la cual ellos están gozando de ese privilegio”, señaló William Ponce, primer becado por el proyecto y el primero en firmar para una liga mayor  en Estados Unidos. Aseguran que es una educación “normal” la que reciben, pero con énfasis en los valores y diseñado para que se acople al estilo de vida de los jugadores.

En la mañana estudian y por la tarde entrenan. “Así que no fue tan difícil salvo el hecho de salir corriendo a la casa a comer rápido pues tenía entreno en un par de horas luego de la salida de los estudios”,comenta Eduardo Mejía, ex primera base de la selección Nacional de FESA. Para facilitar el proceso, cuentan con transporte que los recoge de sus casas hacia el internado, luego del internado hacia la cancha y por último, del entrenamiento de nuevo a sus casas alrededor de las ocho de la noche.

El proceso es sencillo, un grupo seleccionado de técnicos y entrenadores visita diversas escuelas para convocarlos a realizarse las pruebas. La academia ubicada en la ciudadela Don Bosco, soyapango “es como el semillero, es donde ellos inician”, comparó el entrenador William Ponce. Cuando ven condiciones tanto deportivas como personales, los integran a los equipos de alto rendimiento. Los jugadores están divididos por categorías de edad, que van desde los ocho años hasta los dieciocho.

Aproximadamente el 80% de los alumnos provienen de vecindarios con altos índices de violencia y consumo de drogas. Este fue el caso de Cristian Pais, uno de los mejores prospectos con los que cuenta FESA . A su escuela en las Margaritas llegaron a seleccionar a los que serían parte de la Fundación Educando a un Salvadoreño. Él posee la beca completa. Un 90% de los bachilleres continúan sus estudios en las universidades locales o becados como atletas escolares en los Estados Unidos y en el extranjero.

Para recibir este apoyo, tienen que seguir una serie de regulaciones, como la alimentación, tener buen promedio académico, no jugar fútbol porque se pueden lesionar y tampoco realizar otra actividad que los distraiga. Sin embargo, a pesar que dice brindarle oportunidad a todos los que quieran estudiar y sientan pasión por el béisbol, no todos pueden acceder a él. Rigurosamente pasan por una serie de pruebas, donde también incluyen condiciones físicas como la estatura. Edwin Rivera, de 15 años de edad, aseguró que hace cinco años no logró entrar porque media un metro con cincuenta cinco centímetros. “Estudiábamos cerca del Don Bosco y fuimos a ver de qué se trataba porque siempre me ha gustado jugar, pero ese día salimos muy desilusionados”, recuerda Rivera.

A los becados no les interesa saber quién los ayuda, solo quieren jugar

A pesar que reciben muchos beneficios, unos más que otros, los beisbolistas no saben de dónde proviene la ayuda económica. Fuente anónima y madre de familia de uno de los beisbolistas, sostuvo que mensualmente apoya a la fundación con $700 porque a ella le habría gustado que también le ayudaran. “El deporte es importante para el desarrollo de un país. Yo siempre quise poder jugar, pero no pude.” A su hijo de 13 años le han hecho creer que tiene media beca para que pueda valorar más el esfuerzo. Él estudia en la Escuela Alemana y por las tardes disfruta ir a entrenar, incluso cuando tienen que ir a la escuela en Soyapango.

Los que logran triunfar en el béisibol también son donadores, pues cuando firman para una liga ya sea nacional o internacional, el 30 % del valor del contrato es para FESA y poder seguir ayudando a los demás becarios. Gérman Espinoza, Coordinador y entrenador de FESA, indicó que lo único que cambiaría de FESA es que se amplíe el programa, pero para eso necesitarían mayor colaboración económica por parte de organizaciones, empresa privada y personas en general. Actualmente cuentan con patrocinadores como Digicel, Scotiabank, Jaguar Sportic, La Geo, Herbalife,La Curacao, entre otros cuyos nombres no quisieron ser revelados.


































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